1/3/18

ECCE HOMO (POEMA)... Y LA CENSURA


En calidad de huérfano nonato,
y en condición de eterno pordiosero,
aquí me tienes, Dios. Soy Blas de Otero,
que algunos llaman el mendigo ingrato.

Grima me da vivir, pasar el rato,
tanto valdría hacerme prisionero
de un sueño. Si es que vivo porque muero,
¿a qué viene ser hombre o garabato?

Escucha cómo estoy, Dios de las ruinas.
Hecho un cristo, gritando en el vacío,
arrancando, con rabia, las espinas.

¡Piedad para este hombre abierto en frío!
¡Retira, oh Tú, tus manos asembrinas*.
¡No sé quién eres tú siendo Dios mío!

 Blas de Otero
(1916 - 1979)

La censura, vigente sin interrupción en España durante casi cuatro décadas, provocó un severo destrozo en las obras de muchos autores, principalmente literarios y cinematográficos.

"Sólo las dependientes de la Iglesia estaban exentas de este requisito. En el reverso del dictamen que los censores debían emitir para cada uno de los libros, figuraban las siguientes normas: “¿Ataca al Dogma?, ¿A la Iglesia?, ¿A sus Ministros?, ¿A la Moral?, ¿Al Régimen y a sus Instituciones?, ¿A las personas que colaboran o han colaborado con el Régimen?”. Estos eran los preceptos fundamentales, que ponían en práctica con meticulosidad y empeño, para atajar la propagación de determinadas ideologías, evitar cualquier ataque a la religión católica, las tradiciones y la moral, y velar así por la difusión y el sometimiento al sistema político instituido".

FUENTE: Lucía Montejo Gurruchaga (UNED – Madrid) Revista de Literatura, Tomo 60, n.º 120, 1998.

Blas de Otero fue uno de los poetas españoles más castigados por la censura franquista ya desde su primer libro "Ángel fieramente humano" con el que participó en el Premio Adonais de Poesía en 1949. 

(*) Asembrinas.- No existe tal palabra en lengua castellana. Es un subterfugio del poeta para sustituir la palabra asesinas (manos) que le había tachado la censura.
 

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